La situación económica que atraviesa nuestro país, la mínima oferta de empleo y un mercado competitivo, hace que cada vez más personas se vean en la necesidad de buscar la forma de generar ingresos emprendiendo un negocio, sin embargo ser un emprendedor no es una tarea fácil ya que representa un problema conseguir capital o realizar una planificación estratégica adecuada y en ocasiones todo resulta ser en vano pues el negocio puede fracasar en su intento por acaparar un mercado desconocido.

Nunca es tarde para emprender, seamos jóvenes o adultos, todos tenemos la capacidad para crear una empresa, con apoyo de nuestra familia, amigos y de un expertos profesionales.

Es verdad que existen obstáculos, que podemos vencer actuando de manera adecuada y oportuna.

La búsqueda del éxito siempre va estar ligada con nuestro desarrollo personal, por lo que es importante capacitar y motivar a los colaboradores de nuestra empresa, aprender de cada error y mejorar cada día, todo empieza de la nada, todo empieza desde cero y emprender un negocio no es la excepción.

Emprender es una opción, más ahora que está difícil conseguir trabajo en empresas de terceros y, como muchas otras cosas, se puede interpretar como un proceso.

Dicho proceso tiene unas entradas (inputs), que podemos considerar que son: nuestra ilusión por empezar un negocio, los medios que tenemos a nuestro alcance (financiación, equipos y maquinaria, materiales, personas, asesoramiento externo profesional…), una idea de producto o servicio e información diversa sobre diversos aspectos relacionados.

Estas entradas pueden ser aportadas por nosotros o bien podemos contar con la ayuda de un tercero o bien acceder a información externa. Por ejemplo:

  • Le pedimos asesoramiento en materia mercantil a un experto, para que nos asesore sobre la mejor fórmula a la hora de constituir la sociedad que será el soporte de la actividad a desarrollar, así como los acuerdos pertinentes con los socios (si los hubiera).
  • Solicitamos financiación a un banco o a inversores externos para poder hacer frente a los gastos que supone el emprendimiento y el inicio de la actividad empresarial.
  • La idea puede ser original (algo novedoso), o bien, puede ser algo que exista ya en el mercado y que lleve funcionando un tiempo.

Una mente abierta y la capacidad de evolucionar son palancas estratégicas de todo emprendedor cuando acomete un proyecto de emprendimiento. A modo de ejemplo, podemos pensar que un Gastrobar puede abrir pensando en que va a ofrecer comida todos los días de la semana y luego resultar que su mercado es el del menú del día, para atender a profesionales que comen fuera de casa, y eventos de empresa, para lo cual hará falta capacidad de visión y transformación.

Mientras el proceso de emprender sigue su curso, iremos recogiendo outputs (salidas) y son fundamentales para la supervivencia del negocio a lo largo del tiempo, ya que de ellos depende la viabilidad del mismo. No tiene sentido meter unos inputs (entradas) en un proceso para obtener como resultado “nada” a lo largo del tiempo. Un negocio o proyecto debe ser rentable.

Y así, mientras las cuentas salgan el proceso del negocio que se empezó desde cero, seguirá su curso. Una y otra vez, ejercicio tras ejercicio.

Como sabemos estamos inmersos en plena era digital, ya no basta con abrir tu negocio y esperar a que te lleguen los clientes. La competencia es mayor y el negocio offline debe completarse con una versión online (identidad digital) que represente con exactitud los valores y productos/servicios de tu proyecto empresarial.

Enfocado en la empresa, Lucas - Meroño

Básicamente, a modo de resumen, podemos señalar los siguientes hitos o pasos obligatorios que hay que cumplir de acuerdo con los requerimientos administrativos de nuestro ordenamiento jurídico actual.

  1. – Elegir la forma jurídica: hay que determinar el tipo de empresa y su forma jurídica: sociedad anónima, sociedad limitada, cooperativa…
  2. – Certificación negativa: hay que obtener la Certificación que acredite la exclusividad y no existencia de otra sociedad con el mismo nombre.
  3. – Capital social: hay que depositar en una entidad bancaria una cantidad de dinero, que variará en función del capital social según los casos (tipo de sociedad).
  4. – Solicitar el NIF/CIF: hay que obtener el número de Identificación Fiscal en la Agencia Tributaria.
  5. – Creación de la sociedad: hay que redactar unos estatutos y obtener la escritura pública ante Notario.
  6. – Registro Mercantil: hay que inscribir la empresa para obtener la plena competencia jurídica.
  7. – Alta IAE: hay que darse de alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas con la/s actividad/es empresarial/es que se va/n a realizar.
  8. – Libros de sociedades: hay que legalizar los libros (libro de inventarios, libro de cuentas anuales y libro diario) en el Registro.
  9. – Certificado electrónico: hay que obtener este certificado para poder firmar documentación electrónicamente.
  10. – Centro de Trabajo: hay que comunicar la apertura del centro (en caso de contar con trabajadores) y obtener un libro de visitas para inspecciones.

No obstante, nuestra experiencia como empresarios nos faculta para poder añadir otras áreas de conocimiento que compartimos con vd. y que tiene mucho que ver con la supervivencia de la empresa una vez constituida.

  • Hay que investigar el mercado, la competencia y las posibilidades reales del negocio (factores de realidad, que nos gusta decir). Cada sector, cada mercado, cada actividad, cada empresa siguen reglas escritas y “no escritas” que deben conocerse para aspirar a conseguir un pequeño nicho de mercado.
  • Hay que crear una estrategia de marketing que esté alineada con los objetivos de la empresa. Las estrategias, las políticas, las tácticas y las acciones deben encaminarse a un público y los objetivos deben ser claros, concisos y medibles. El benchmarking o estudio de la competencia ayuda mucho a conocer la realidad.
  • Hay que elegir un nombre de dominio (que esté disponible) cuando se esté pensando en la marca de la empresa (y éste podrá o no coincidir con la denominación de la sociedad) y unos correos electrónicos corporativos.
  • Hay que crear una identidad digital del negocio a través de una página profesional corporativa, intuitiva, interactiva, social y con contenidos relevantes. Esa identidad debe hacerse extensible a las redes sociales que sean más convenientes para cada negocio.
  • Hay que construir una marca personal y un branding potente (memorable). El branding nos ayuda a diferenciarnos y a posicionarnos frente a la competencia.

Lucas Meroño S.L. se encargará de todos los pasos a seguir para abrir un negocio, con todo el celo, la profesionalidad y la transparencia necesarias para que se sienta en las mejores manos:

  • Empezamos con la creación de la empresa y su constitución.
  • Nos hacemos cargo de la inscripción en el Registro Mercantil.
  • Analizamos, filtramos y nos ponemos en contacto con las ofertas de notaría de la zona.
  • Gestionamos todos los trámites.
  • Generación de documentos jurídicos y formalización de pacto entre socios (en su caso).
  • Su sociedad recibirá asistencia jurídica especializada en cada momento hasta finalizar todo el proceso de constitución de la empresa sin sobresaltos ni contratiempos.

 

Lucas – Meroño Abogados y Consultores S.L. lleva más de 30 años atesorando experiencia para resolver sus problemas y mejorar los resultados de su empresa haciéndola crecer de manera ordenada y controlada.

 

Gracias por su lectura!